Si puedes mirar, ve.

Empecé la lectura en un café. Me sumergí en ese mundo al que nos lleva: un mundo normal, común y corriente. Y así como así, sin tomarse mucho tiempo para detalles, esta normalidad se interrumpe. De golpe, sin pedir permiso, sin anticiparnos un aviso, eso que no esperábamos, que jamás hubiésemos imaginado: irrumpe en nuestras vidas. En este caso, se trata de la ceguera.

Una ceguera física, que aparece en un hombre que no padece ningún tipo de lesión en sus ojos. Un hombre que está en su auto, y que de pronto, queda ciego. Es una ceguera total, que presenta una sola nota distintiva: es una ceguera en que todo se ve blanco (se destaca en el libro que en las cegueras comunes, la persona solamente ve oscuridad).

También me gustaría destacar la actitud de los otros que están presentes.. Los que más cerca están se movilizan para ver cómo pueden ayudar. Se dan cuenta de que algo lo afectó, e intentan colaborar. Cada uno tiene su motivo individual, pero sin embargo deciden acercarse. Los que quedan más atrás en la fila de autos, simplemente tocan bocina. No entienden que está pasando. Y no se los puede juzgar. No podemos exigir que entiendan, ellos tampoco pueden ver. Hacen ruido, pero sin razón verdadera.
Este momento dura unos breves segundos. Luego de algún que otro diálogo, uno de los que está en la calle decide ayudarlo, llevarlo a su casa. Y sin más, todos vuelven a hacer lo que estaban haciendo. Cada uno sigue su camino, su vida, su día a día.

Esta creo que es una de las cosas que más me llaman la atención: un día común, en un lugar por el que siempre se transita, un hecho extraordinario sucede; y sin embargo, luego de unos segundos, todos siguen como si nada. Todo seguimos nuestros caminos. No me cuesta mucho trabajo extrapolarlo a la vida y los momentos que nos tocan vivir. No todos los días nos sucede que algo irrumpa en nuestras vidas. La mayoría del tiempo vivimos en una planificación cronometrada que tan bien conocemos como "rutina". Y hay veces que algo irrumpe en ella. Cuando algo nos deja ciegos, no sabemos qué hacer. Verdaderamente es cuando empezamos a mirar al costado, y pedir ayuda. Los otros, nos ayudan como pueden, o porqué no, como quieren...

El libro continua. Se procede de manera habitual. Óptica, médico, nada. Simplemente una gran lista de estudios a hacerse: no hay ninguna lesión en la vista del ciego. No llegó a  pasar un día, que aquellas personas con las que tuvo contacto el ciego, comienzan a contagiarse esta ceguera...


Una vez hecha esta breve introducción, seguramente los próximos escritos serán más que nada reflexiones propias acerca del mismo...

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